
Un chico muy distinto físicamente al bailaor y mucho más moderno en su atuendo. A Carlos le gustan las prendas superpuestas: camiseta, camisa, sudadera y encima una cazadora y llevar los pantalones a la altura de la cadera. Así vestía en las únicas imágenes que dan testimonio de su relación.
Desde que esas fotografías fueran publicadas, Marisa sólo se ha dejado ver en una ocasión, en el desfile de Andrés Sarda y aprovechó para ocupar una de las sillas de primera fila cuando las luces generales se habían apagado para dar paso el desfile. Así evitó las preguntas que no quería responder. Eso a su llegada porque una vez que tomó nota de las propuestas del diseñador catalán (el único de ropa interior que desfila en la Pasarela Cibeles) fue directa al kissing room de Moët & Chandon donde ya le fue imposible pasar inadvertida. Marisa esquivó con destreza las preguntas. Está feliz y se le nota. Joaquín pertenece al pasado y ahora su presente es Carlos Guerrero Ruiz-Mateos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario