El deporte nacional está de enhorabuena y el orgullo rojo, henchido como nunca tras una nueva histórica victoria de un deportista español. Los miembros de la Familia Real española volvieron a mostrar su apoyo a otra de las grandes figuras del panorama deportivo patrio y, como verdadero talismán, con inmejorables resultados. Si hace una semana los Reyes de España celebraban junto a los jugadores de la selección de fútbol su victoria en la Eurocopa, ayer fueron los Príncipes de Asturias quienes festejaron el triunfo de Rafa Nadal. Don Felipe y doña Letizia acudieron al All England Tennis Club, lugar donde se celebra el torneo de Wimbledon, para estar presente en la final. Por tercer año consecutivo, el español y Roger Federer volvían a verse las caras.
Durante los primeros minutos, todo estaba a favor del tenista mallorquín. Supo encauzar el encuentro desde el primer momento, ganando los dos primeros sets con facilidad. Fue entonces cuando llegaron las nubes y con ellas las lluvias, obligando a la organización a suspender el partido. Tras una hora de interrupción, los deportistas volvieron a la pista. Federer se hizo dueño de la situación ganando el tercer y el cuarto set. Mientras, los Príncipes seguían con emoción el juego de las dos mejores raquetas del mundo. Entre el público asistente se pudo ver a los ex tenistas John McEnroe, Bjorn Borg y Manolo Santana.
Felicitación de don Felipe y doña Letizia
Finalmente, Nadal consiguió hacerse con el último set, convirtiéndose en el campeón del torneo por primera vez con un resultado final ajustadísimo (6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7). El tenista español no pudo controlar la emoción y, tras marcar el último punto, se tiró al suelo y, a continuación, corrió a abrazar a su familia, donde estaba su tío y entrenador Toni Nadal. Con una bandera de España en la mano, el campeón no quiso dejar de ir a saludar a los Príncipes de Asturias, quienes se levantaron para abrazarle y darle su enhorabuena.
Y tras la corta pero emotiva celebración ha llegó el momento de la entrega de trofeos. Un resignado Roger Federer, cuyo rostro reflejaba el cansancio propio después de un partido de casi cinco horas de duración, recogió su placa. Como ya es habitual, ambos deportistas se dirigieron bonitas palabras, muestra de que además de campeones son dos grandes caballeros. "Es el merecido ganador", dijo el suizo admitiendo que había hecho todo lo que había estado en su mano para ganarle. Nadal, por su parte, quiso agradecer a su familia y a los Príncipes de Asturias que le acompañaran en tan especial día y reconoció el gran potencial de su contrincante. "Es cinco veces campeón de Wimbledon y el mejor tenista de la Historia".
Esta ha sido la tercera final de Wimbledon consecutiva en la que los actuales número uno y dos del tenis mundial se han visto las caras. Federer había ganado las dos anteriores y ha sido cinco veces campeón de este torneo. Por su parte, el español, que ya encadena 24 partidos sin perder, es la primera vez que ha conseguido alzar este trofeo e hincarle el diente. Y es que de victorias y copas es la dieta de un campeón como Nadal.
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